Hace poco asistí a una charla organizada por la doctora Elisabeth Arrojo en la que invitaba al doctor Mario Alonso Puig a hablar sobre cómo “curvar la realidad”, y fue muy enriquecedora. En ella destacó la importancia de cuidarse, algo que oímos continuamente pero que no conseguimos concretarlo en hechos reales.
Ambos doctores, tan reconocidos, comentaron las claves para prolongar la salud y, como no, una de ellas es nuestra querida microbiota intestinal, lo que me hizo muy feliz pues a veces parecemos bichos raros los que insistimos en ello.
Ya lo sabes seguramente, el 80% del sistema inmune se encuentra en el intestino (con todo lo que eso implica), pero también es donde se realiza la absorción de nutrientes y donde se genera gran parte de la serotonina que nos hace estar alegres. Todo esto ya indica la relevancia que tiene el aparato digestivo.
Y así lo dijeron, indicando que uno de los puntos principales para estar sanos, es la alimentación. De hecho, el 30% de los cánceres actuales están originados por la dieta.
Sin embargo, no podemos dejar de lado más aspectos. Según el doctor Mario Alonso Puig, “lo mental, lo físico y lo espiritual no pueden separarse”. Cada uno de nuestros pensamientos (mente) tiene un impacto directo en nuestro cuerpo (físico).
Llevamos muchos años separando, consciente o inconscientemente, el mundo mental y el físico, solemos pensar que es algo completamente independiente. Pues ya la ciencia demuestra lo contrario.
Nombró numerosos estudios en los que se ha visto muy clara esa relación. Por ejemplo, niños enfermos de cáncer que les daba pánico la quimio (y seguramente estarían pensando todo el día en ese fatídico momento). Pero si desviaban el pensamiento a otra cosa (en este caso, juegos), ni siquiera se daban cuenta que, a veces, la enfermera ya se la había puesto hacía rato. Desaparecía ese miedo. Por tanto, lo que pensamos tiene mucho poder sobre nosotros.
Otro aspecto importante son las relaciones sociales. En esta sociedad en la que seguimos juzgándonos, teniendo resentimientos, haciéndonos más solitarios… La ciencia demuestra que “el amor incondicional cura”, pues ese amor gratuito tiene la capacidad de activar genes fundamentales para el aprendizaje, e incluso para evitar enfermedades.
Sentirse comprendido influye muchísimo, de hecho, tiene un efecto directo sobre la telomerasa y la longitud de los telómeros en las células (cuanto más largos, más vive esa célula), por lo que tiene impacto directo en la longevidad de la persona.
Cordialidad, gratitud, perdón… palabras que igualmente aparecieron.
Indicaron que la medicina actual ha hecho que se prolongue la vida bastante en poco tiempo, pero no la calidad de la misma. Ha habido un aumento de enfermedades enorme, lo que indica que no estamos haciendo caso a lo que se descubre sobre la alimentación, el estrés, etc. Si seguimos así, en 2040 las personas con cáncer serán un 60% más.
Por último, el doctor mencionó otro estudio hecho a las personas más longevas actualmente que están en distintas partes del planeta. Todas ellas tienen lo siguiente en común:
- Viven alejadas de la tecnología
- Hacen ejercicio físico
- Comen más pescado que carne
- Tienen un motivo para vivir
- Se sienten acompañadas, tienen amigos
¿Por qué no intentamos imitar un poquito esa vida? No hay una seguridad total de que tengamos esa salud de hierro, pero sí hay muchas posibilidades de que nuestra salud sea fuerte, y tengamos mayor calidad de vida que la que hay ahora.
